lunes, 17 de junio de 2013

NO ES LO MISMO

No, no es lo mismo, hay cosas, situaciones, actidudes, que no son lo mismo, aunque parezca que sí.

Por ejemplo, no es lo mismo sufrir por adicción al sufrimiento, que relajarse y ser feliz con lo que se tiene, que siempre es más que suficiente.

No es lo mismo conquistar a las personas para que nos quieran y nos tengan en un pedestal, que amar a las personas incondicionalmente, sin ánimo de intentar manipularlas y verlas "que comen en nuestra mano".

No es lo mismo ver nuestro paso por esta vida como "unas vacaciones pagadas", que ver éste, nuestro paso, como "una carrera de obstáculos". Pues claro que no. Ni una cosa ni la otra, según mi entender. Antes yo pensaba que estaba aquí, en este Mundo, para disfrutar de la vida, costara lo que costara. Lo importante era disfrutar. Así que mi padre me llamó en una ocasión, hace muchos años: hedonista, tu eres una hedonista. Yo en aquella ocasión no sabía si hedonista era bueno o malo. Si mi padre me estaba insultando o diciendome un piropo. Aunque por la forma y el tono en el que me hablaba, sabía que muy bueno no podía ser, eso de ser hedonista. En fin, y resulta que ahora, desde hace unos cuantos meses,  creo que la vida es una "carrera de obstáculos". Es decir, que llevo meses intentando ser buena-buena, pero buena de verdad, y a no pasarme ni una. Y, efectivamente no es lo mismo ni una cosa ni la otra, es más, son los dos extremos de un punto medio que, gracias al Sacerdote que me escuchó en Confesión,  he podido comprender, y, que la Virgen María, en Medjugorje, en su Mensaje del pasado 25 de febrero, lo explicó claro-clarísimo:

"Queridos hijos: También hoy os invito a la oración. El pecado os atrae hacia las cosas terrenales, yo, por el contrario, he venido a guiaros hacia la santidad y hacia las cosas de Dios; sin embargo, vosotros os resistís y desperdiciáis vuestras energías en la lucha entre el bien y el mal que están dentro de vosotros. Por eso hijos míos, orad, orad, orad hasta que la oración se convierta para vosotros en alegría, así vuestra vida se convertirá en un simple camino hacia Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!".

Y, a continuación,  copio algunas de las reflexiones del P. Francisco Angel Verar Hernández,  a este Mensaje de la Virgen, Reina de la Paz:


Tú tienes que darte cuenta que la única manera que tienes para derrotar el pecado que te domina, es por medio de la oración. No hay más. Si te decides a orar puedes vencer, de lo contrario el pecado terminará destruyéndote a ti. Es la oración lo que te hará ver tu  miseria. 

También la Madre quiere que se acompañe el trabajo y el estudio con la oración, que se recen jaculatorias durante el día, que se rece todos los días el Ángelus y que durante la jornada uno se recoja para hacer oración silenciosa a Dios; aunque sea, unos cinco minutos. También cada día hay que orar al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de María para poder amar a todos; y que el amor, el cariño que se brinde a los amigos y desconocidos, sea natural, transparente, sincero, tierno; como el amor que Jesús y María nos brindan cada día.

Ahora pide que Dios te regale el don de orar siempre, sin desfallecer, y orar con el corazón.
“Señor, hoy Te abro mi corazón y me coloco delante de Ti con mis miserias, con mis egoísmos. Precisamente, por mis egoísmos es que no vivo la virtud como debo. Y es por eso mismo que el pecado me domina. Hoy, sin embargo, renuncio a esas distracciones y Te abro una vez más la puerta de mi corazón: ¡ven Señor y entra a mi corazón! Derriba la puerta de mi egoísmo, de mis apegos. Hoy Tu Madre, una vez más, me pide que ore y que renuncie al pecado para ser verdaderamente feliz. Me ha dicho una vez más, que la oración es lo que me hace realmente feliz. Quiero, como Ella dice: Orar, orar y orar, hasta que la oración se transforme en alegría en mí. Dame las fuerzas y la gracia para remover los obstáculos que impiden esta decisión. ¡Ayúdame! Ven Espíritu Santo, ven por María e inunda mi ser, Tu eres el Maestro por excelencia de la Oración, ven, ven, ven…”

Y, no tengo nada más que decir.

Mua.


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